JOAQUÍN COSTA, LA AGRICULTURA ARMÓNICA Y LA ECOLOGÍA, POR BARBOZA


Mi nacimiento se produjo el 15 de mayo, en el segundo piso de la pulpería La Última en el Barrio de Luján, distrito central de San José de Costa Rica. En este barrio periférico de maestros y obreros transcurrieron mis primeros doce años. Mi familia, por parte de los Barboza, eran artesanos del mueble y mi abuelo Barboza, de origen italiano, tenía una fábrica de muebles con su nombre. La familia Vargas, descendía de Rio Grande de Atenas, y mi abuelo Santiago vendió las tierras con el fin de buscar oro en las minas de Abangares. Luego se estableció en San José con sus hijos, volviéndose comerciantes, cuyo dueño de la pulpería La Última donde nací, era el tío Victorino.
El Barrio Luján terminaba en el río Ocloro, donde empezaban los grandes potreros de pastizales para vacas y caballos de funeraria, por ahí correteábamos, pescábamos pequeños peces de colores y nos bañábamos en sus limpias aguas. Mas tarde nos fuimos a vivir al distrito de Zapote, a unos 4 km. al este de Barrio Luján y aquí cambiaba el panorama, pues el aire de pueblo era mas acentuado, y se componía de la Iglesia, la Escuela, la Plaza de fútbol, el Cine de mi tío Manuel y las casas que estaban separadas por lotes y fincas rodeadas de cafetales, plátanos, aguacates, y grandes árboles de guanábanas, poros, pochotes, jocotes y mangos, que mantenían la umbría para que el café estuviera a una temperatura y humedad constante todo el año.
Lo más impresionante era levantarse una mañana de febrero y ver todos los cafetales blancos, cubiertos por sus flores, y el aroma del cafeto inundaba el aire. Cuando a final de año había que recoger el fruto del café, íbamos todos los niños, adolescentes y mujeres de la zona a recogerlo, para ganarnos unos pesos y poder comprar bolas de fútbol, libros y cuadernos para la Escuela. Digo todo esto porque viví mi primera juventud en un país como es Costa Rica, tierra de volcanes, que es pionero hace unos cincuenta años del Desarrollo Sostenible y de la protección de la Naturaleza como forma vital para la subsistencia del ser humano y así poder desarrollarnos ecológicamente.
En mi vida como español, a partir 1968, cuando llegué a España para estudiar Arte, conocí a la pintora aragonesa Teresa Grasa, con la que me casé, y por motivos de herencia de su familia, me vi envuelto de nuevo en la Naturaleza, cosas del destino. Cerca del año 1993, tuve que aprender a cultivar la tierra de Aragón cerca del Ebro, de tan distintos productos y climatología a los del Trópico, trigo, alfalfa, manzanas, chopos, y es aquí donde entra Joaquín Costa en mi vida cultural, no en la faceta política sino en la faceta de agricultor, y es en la biblioteca de Aurelio Grasa donde se encontraba la publicación de la primera edición de 1911 del libro Agricultura Armónica Tomo I de la Biblioteca Joaquín Costa, publicada por su hermano Tomás Costa.
Este libro lo leí con sumo interés y me abrió los ojos en cómo está relacionada la Agricultura en el mundo y los efectos que tiene la actuación de un agricultor aragonés en de un agricultor en América, o viceversa. Es todo un bello estudio sobre la utilización del agua, la idea de crear el Oasis para preservar la tierra de su aridez, se debería editar de nuevo. Veamos algunas frases de este primer ecologista español y su interés por la tierra y sus productos:
…Por virtud de la acción espontánea de estas fuerzas, la Naturaleza metamorfosea la materia, haciéndola pasar de inorgánica a orgánica, de inerte a viva y obediente a la voluntad: primero hizo la piedra, después convierte la piedra en pan, luego el pan en músculo y en nervio sensible por donde circula la chispa eléctrica de la inteligencia y los mas espirituales estremecimientos del amor….
…En ella, la acción del hombre tiene un límite: el que le asigna su papel de presidente y regulador, pero ese límite no siempre lo respeta y extremando en ocasiones su intervención la hace dañosa. En vez de presidir la Naturaleza, la perturba; no la impulsa, la precipita; no la refrenda, la para…….
Árboles.- Constituyen el primer grupo de obreros que se brindan a trabajar casi gratuitamente para la emancipación del agricultor. Son dóciles y poco gravosos. Jamás se entregan al descanso; día y noche están en ejercicio durante nueve meses al año. Ensanchan el suelo de la Patria en muchos sentidos, porque reducen a dominio suyo la atmósfera, inagotable mina de elementos primarios con que las hojas elaboran ricos y sustanciosos frutos sin el mas leve detrimento del suelo.
Viendo en la actualidad la agresión constante y la esclavitud a la que sometemos a la Naturaleza, se nos vuelve agresiva causando grandes catástrofes, como en estos últimos años en el caso de Haití, Chile y actualmente Japón, y eso nos lleva a la necesidad de releer a este gran pensador aragonés y a seguir sus consejos.
…..Los delitos de lesa Naturaleza se pagan tarde, pero el castigo, cuando llega, es terrible. Müller decía que un árbol representa la salud de un individuo y puede añadirse que un árbol es la garantía de nuestra vida y el escudo de la Patria.
Carlos Barboza Vargas
Ver audiovisuales de Joaquín Costa en vimeo: vimeo Barboza
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