AURELIO GRASA. LA AUTOCROMA EN ESPAÑA Y EN LA HISPANIC SOCIETY OF AMERICA EN EDICIONES EL VISO

El fin del siglo XIX es un hervidero de nuevas tecnologías e investigación sobre el color. Los impresionistas dividen la superficie pictórica en pequeñas pinceladas para dar mayor vibración a la luz. Paul Gauguin y los Nabis utilizan los colores complementarios en tintas planas, y son Georges Seurat y Paul Signac, los que utilizan pequeños puntos de color para dar una visión luminosa del cuadro y del estudio científico del espectro cromático. Esto dará pie para que la industria tipográfica utilice esta forma de división del color en las cromolitografías, que luego se volverá a emplear en el fotograbado, para reproducir pinturas y acuarelas en las revistas ilustradas y las postales.
Los Hermanos Auguste y Louis Lumière no dejan de investigar en la imagen. Primero inventan el Cinematógrafo, patentado el 13 de febrero de 1894, y luego su gran aporte al avance de la fotografía a color, inventando un proceso llamado Autochrome Lumière. Este invento lo patentaron el 7 de diciembre de 1903 y lo presentaron oficialmente en la Academia de Ciencias de París el 30 de mayo de 1904. En la sala de máquinas de la revista L´Illustration, sede del Photo-Club de París, el 10 de junio de 1907, los Hermanos Lumière, dan a conocer al público este gran aporte al arte de la fotografía, publicándose en dicha revista la primera foto a color. El invento va a ser acogido con entusiasmo por los fotógrafos europeos y americanos, lo que permitió su industrialización y difusión.

La historiadora de la fotografía, Mariola Gómez Laínez, en el libro El color del sol. La placa autocroma en España, recientemente publicado por Ediciones El Viso, hace un estudio sobre la introducción de la autocroma en España y sus vicisitudes. Lo divide en dos apartados. El primero: La placa autocroma, características técnicas y algunos apuntes sobre su corta vida. En este capítulo nos explica detenidamente sobre la elaboración industrial de las placas con almidón de patata, su utilización, cómo realizar la foto y su revelado. Nos dice lo siguiente:
….para teñir los granos de patata se dividían en tres grupos. Cada uno de ellos, se sumergía respectivamente en un baño de color rojo-anaranjado, verde y azul violáceo, colores primarios de la luz, como se ha dicho. Los granos de almidón de patata tintados, tenían además la enorme ventaja de que, al mezclarse, no se manchaban unos a otros….. ……para exponer las placas se necesitaba un filtro o pantalla amarilla que corregía las desviaciones de color causadas por la acción de los rayos azules o violetas……… ………..para realizar las fotos se retiraban los papeles negros protectores de la emulsión y la exposición aumentaba cinco veces mas que la placa en blanco y negro… ………..en el revelado se usaba el liquido de placas ordinarias de gelatino- bromuro, e imagen y negativo, se sometía la placa a un segundo revelado, o proceso de inversión de la imagen, dando lugar a un positivo……

En el segundo capítulo, La placa autocroma. Introducción, recepción y práctica de la fotografía a color en España, la autora analiza cómo los fotógrafos españoles acogieron esta nueva técnica, y en las revistas sobre fotografia se publicaban opiniones, y entre ellas está la revista Fotos, publicada en Zaragoza 1904-1908. Fue Joaquín Fungairiño, socio Nº 35 de la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, uno de los mejores cultivadores de esta nueva técnica, que tuvo la oposición frontal por parte de los fotógrafos Antonio Cánovas, director de la revista La Fotografía, en 1908 y de Escobar, quienes atacaron la obra de Fungairiño para decir que la técnica del grano coloreado no les gustaba, especialmente en las tomas estereoscópicas.

Son los médicos los que mejor trabajaron la fotografía a color, entre los que se encontraban, los aragoneses, Santiago Ramón y Cajal, y Aurelio Grasa. El primero realiza autocromas en Madrid, y seguramente llevado por la polémica y sabedor de la importancia de la nueva técnica, en 1912, publica el libro La fotografía de los colores, bases científicas y reglas prácticas.

En la soledad de Zaragoza, un joven estudiante de Medicina y reportero gráfico de Prensa Española y Heraldo de Aragón, Aurelio Grasa Sancho, acoge el invento con emoción, y es el primero en ponerle colores al paisaje fotográfico de Zaragoza en sus 35 autocromas, donde el Ebro y el monumento de Querol están reflejados. Empieza a trabajar este método cerca de 1910-11, como se observa en la fecha de las cajas de Autocromas que conservamos en nuestro archivo. La investigadora nombra a la R.S.F.Z. y dice: ………tampoco tenemos noticia de las placas que quizás se conservan en la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza, la segunda mas antigua de la Península, cuya fundación data de 1922, y a la que perteneció un gran fotógrafo que practicó la autocromía, como fue Aurelio Grasa.Ver página 2. Ver en Picasa Autocromas y publicaciones sobre Aurelio Grasa

En el capítulo siguiente titulado: Las placas autocromas de Anderson para la Hispanic Society of America, Patrick Lenaghan nos informa sobre esta colección fotográfica, en la que figuran mas de doscientas placas autocromas de España de los años veinte y treinta, hechas por la fotógrafa de plantilla Ruth Matilda Anderson, (1893- 1983), quien las realizó expresamente para el Museo, encargadas por Archer Huntington (1870-1955) para su colección fotográfica, y así formar un archivo etnográfico exhaustivo del Mundo Hispánico. Similar encargo había recibido Joaquín Sorolla en la Visión de España que acaba de exponerse en el Museo del Prado y en Valencia. Esta Institución educativa fomenta en América del Norte la cultura española.

Carlos Barboza Vargas.

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